martes, 15 de mayo de 2012


¿QUIERES SER ESCRITOR, MUCHACHO?
        La primera vez que se dignaron en enviarme una nota de agradecimiento por mi interés en su editorial equivocaron mi apellido con el de cualquier otro, así que volví a remitirles mi novela. Ignoro si se percataron de su error –el de enviarme a mí una misiva dirigida a otra persona o el de cambiar la denominación de origen de mi linaje-, quizá simplemente les importase una mierda si me sentía ofendido, apesadumbrado o molesto, o incluso si estaba planteándome seriamente la posibilidad de suicidarme.
        Volví a insistir unos meses después.
        “Estimado señor Whittaker, tal y como le dijimos en la última ocasión…”, y así sigue, “lenguaje procaz y soez, formas necesitadas de un auténtico pulido a fondo”, etcétera, etcétera, “tómeselo con más calma la próxima vez”. ¡Coño! Si ni siquiera saben con quien hablan; yo soy Jacob Martín, sin señor ni don –ya lo decía mi padre, “don sin ‘din’…”-, ni Whittaker ni Chinaski. ¿Quiénes son esos malditos tipos a los que no paran de escribirles cartas que me envían a mí? A saber; un par de imbéciles, seguro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario