domingo, 30 de marzo de 2014

CERRADAO POR... HASTÍO
     Yo, soy un hombre incapaz de llevar a su hogar, en donde esperan mujer e hijos, dinero suficiente para mantener los mínimos lujos que requiere una vida digna.
     Yo, soy un hombre del siglo XXI.

viernes, 28 de marzo de 2014

     -Ah, por cierto, dile a Fulano que tengo ganas de hablar con él.
     Hay que...; por lo pronto, así, en caliente, se me ocurren las siguientes acotaciones o réplicas:
     1. ¿Le has preguntado a Mengano si tiene a Fulano al lado para que le pase el teléfono?
     2. ¿Te ha dado, alguna vez en el último mes, por llamar a Fulano directamente?
     2(2ªparte). En el caso de que así haya sido y éste, Fulano, no te haya contestado, ¿has insistido llamándole una o dos veces más?
     3. ¿Tienes el número de Fulano? -Quizá ésta debiera haber sido la número 1-.
     4. Tal vez todo se resuma a que sabes que a Fulano no le apetece, en absoluto, hablar contigo, pero...
     5. ¿Te suena de algo, aunque no venga a cuento, Leopoldo María Panero?
     6, ¿Y Charles Bukovsky?

miércoles, 26 de marzo de 2014

LA TURBA
     ¡A por él! -gritaron-, tiene toda la pinta de poseer cosas de las que nosotros carecemos -a saber; honestidad, integridad, y una razón para hacer uso de ambas-.
     Federico, que observaba en la distancia, pensó: "vaya, así comienza una persecución".

lunes, 24 de marzo de 2014

DEVENIR
     La historia de un hombre cualquiera es personal e intransferible, como un libro subrayado y desvirgado sin ningún pudor, con un bolígrafo de propaganda de alguna farmacéutica con saldos de temporada; no importa mucho lo que escriba o diga, al fin y al cabo, lo que tenga que ser...

sábado, 22 de marzo de 2014

 
    ¿Y si éste fuera -pensé- el último ejemplar, la última copia impresa, de esta obra? Quemarla, arrancar sus páginas y arrojarlas al feroz Cantábrico o enterrarla bajo diez metros cúbicos de piedras y tierra húmeda, sería lo mismo que asesinar a su padre antes de concebirla; borrar hasta el último rastro de que alguna vez existió.
     Han sido apenas dos minutos, pero hoy a Franz le ha dado por recordar el pasado...; coger su furgoneta, conducir hasta las afueras con una botella de vino y sentarse a esperar la puesta de sol. Parece mentira la clase de cosas que uno puede llegar a añorar... "En fin -se ha dicho-, dejemos que otros hablen por mí", y ha subido el volumen del transistor.

     "De esto -ha pensado al cabo de un rato- debe de tratarse eso de la nostalgia. ¿Qué le vamos a hacer?". Aquí comienza la semana visceral del hombre medio, el desembarco de la necesidad. 

viernes, 21 de marzo de 2014

"Los blancos usan sus teléfonos móviles demasiado, eso destruye sus cerebros. Es un hecho. Los teléfonos móviles causan cáncer cerebral y exprimen los testículos; los japoneses los inventaron para estrujar de golpe las cabezas y las pelotas de los blancos".
Aravind Adiga de su obra 'THE WHITE TIGER' (2008)

domingo, 16 de marzo de 2014

¿TE TENGO O TE SUEÑO?
(poema para una hija)
Yo observo, mientras tú enredas
con la teta y mi sopa,
con diez dedos, a dos manos
inquietas, traviesas, despistadas,
oteando con tus grandes ojos
maravillosos nuevos escenarios,
mis viejos lugares comunes.

Tú descubres, mientras yo te exploro
con mis ojos de viejo prematuro,
con mis torpes manos
asustadas, temblorosas, inseguras,
escrutando cada gesto,
cada movimiento tuyo
mientras los dos fruncimos el ceño.

En un rato será medianoche,
la hora a la que te conocí;
tú recién llegada expectante,
yo novato nervioso y sonriente.
Llegaste a mí y te abracé,
te besé y, si te tengo o te sueño,
desde entonces, no lo sé.
SOLEDAD EN LA RED
     No hay feedback, como lo llaman en tierras angloparlantes y, por supuesto, en España y demás países catetos ignorantes de que ya poseemos términos autóctonos con los que referirnos a un sinfín de conceptos aparentemente foráneos.
     Nuevas tecnologías, múltiples posibilidades; twitter, blog, e-mail -que no correo electrónico-, foros y apps -que, creo, son aplicaciones... ¡la leche!-. Da igual, no hay feedback. Estamos igual que cuando debutaron en la televisión holandesa, allá por 1968, cuatro británicos que respondían al nombre colectivo de Led Zeppelin y entonaban "las comunicaciones se han roto, siempre es igual".
UN HOMBRE FELIZ
     Os lo prometo; cuando entré allí no tenía ni idea de que el cartel rezaba 'solicita tu tarjeta de FIDELIDAD', así que, sencillamente, me metí y, alzando la voz con garbo y alegría, vociferé: "¡quiero mi tarjeta de FELICIDAD!".

sábado, 15 de marzo de 2014

     Ahora soy Worm; no el Worm de Beckett, perdido, desorientado y lleno de dudas. No, no soy ese Worm, ni ningún otro Worm cualquiera; yo soy Worm, a secas, todos y uno, el único Worm.
     Ahora soy Worm, tendido en el suelo, sin ninguna expectativa ni nada con lo que soñar o entretenerme; hace ya mucho, demasiado tiempo, que perdí los brazos y las piernas, mis ojos ya no me enseñan nada, mis oídos no me susurran palabras vacías, mi boca no reconoce ningún sabor y a mi nariz no llega ningún recuerdo envuelto en un perfume cálido y embriagador. Vivo instalado en la ausencia de emoción, en una especie de 'nada' sentimental. No recuerdo cómo o cuándo empezó todo esto, aunque algo me dice que mi transformación -antes yo no era Worm, sino Jacob Martín, joven escritor con creciente prestigio a punto de abanderar alguna causa digna de elogio- tuvo que ver con el hecho de verme, día tras día, durante varios años, rodeado de apatía, asepsia y... cuál será la palabra adecuada, ¿dejadez?
     Ahora soy Worm; fiel reflejo de la sociedad en que he crecido, ejemplo de una tendencia, el obvio devenir de los últimos dos mil años de historia. Soy Worm, continente de otros como yo, pero distintos, más pequeños, que a su vez contienen a otros como ellos mismos; entre otros, yo.
     Ahora soy Worm, quieto, inmóvil, inmutable; soltando sinónimos y excusas. Soy Worm y seguiré siéndolo durante tres o cuatro eternidades más; después dejaré de serlo. Dejaré de ser Worm y ya no seré nada, nunca más. Dejaré de ser Worm y, sencillamente, dejaré de ser.

viernes, 14 de marzo de 2014



Estimados ciudadanos de un país libre;
     Yo soy el cuarto niño que morirá mañana en Siria; conmigo, si no me fallan las cuentas, serán ya 8.000 los menores de edad fallecidos en esta guerra, esta disputa entre un tirano y sus amigos, unos milicianos desorientados y nerviosos, unos cuantos poderosos apoltronados, algunos aspirantes al título de 'manda-más', varios terroristas oportunistas y unos pocos soñadores ansiosos por conquistar la paz y la libertad.
     Mañana, a estas horas, cuando se cumplan tres años del comienzo 'oficial' -al menos para el resto del planeta- del 'conflicto' que asola mi país, yo ya habré fallecido. Todo será muy rápido, no os preocupéis por mí; un grupo de hombres, pertenecientes a alguna de las facciones beligerantes -ignoro si una de las buenas o de las malas, aunque eso, la verdad, no me importa en absoluto-, entrará en mi casa disparando a bocajarro contra todos los que nos encontramos dentro. Moriremos mis padres, el hermano de mi padre, mi abuela materna, mi hermana pequeña y, por último, yo.
     Desconozco el motivo, la razón que justificará o validará mi muerte, la muerte de un crío de doce años. Lo que sí sé es que mañana estaré muerto antes de la puesta de sol; no será por una cuestión de estadística, ni por darle a algún periódico una cifra redonda con la que abrir en tan significativa fecha. Eso lo sé, igual que sé que 8.000 niños muertos en tres años de guerra civil en Siria, no es nada al lado de los 10.000 que pierden la vida, cada día, en el continente africano a causa de la falta de alimentos. Pero, acerca del motivo de mi asesinato -¿puedo llamarlo así?-, nada, todo lo ignoro.
     Imagino que ustedes, ciudadanos de un país libre, desarrollado y evolucionado -no como el mío- sabrán cual es la razón para que sus ejércitos no intervengan en esta locura y la detengan. Supongo que 8.000 niños muertos no sirven para justificar ninguna intervención; me pregunto qué sirvió para avalar su decisión de entrar en Irak y liberar al oprimido pueblo, o cual fue la razón clave que les convenció de que no era mala idea apoyar a los insurgentes en Libia. Está claro que en esos países la situación debía de ser infinitamente peor a la nuestra, de otra forma no podría entender que aún no se hayan decidido a ayudarnos. Mi padre dice que todo se debe a que aquí, en Siria, no hay nada que les pueda interesar, con lo que puedan hacer negocio, pero yo no creo que los habitantes de un país libre y justo puedan permitir esta masacre si no es por algún buen motivo, y no simplemente porque no sale rentable defender a otros seres humanos; quién podría pensar que ustedes son así.
     En fin, permítanme agradecerles el tiempo que les he robado con éstas, mis últimas palabras; entenderán que, ante la certeza de que mi final se acerca, he sentido la necesidad de compartir mis pensamientos con algunas personas inteligentes, con gente de bien, no como las bestias que moran por aquí. Se despide, desde este pequeño lugar del mundo, para siempre, su amigo Samir.

martes, 11 de marzo de 2014

     La periodista invitada a la tertulia matutina comenta que "es una pena que hayan fallecido quince inmigrantes". Lo dice con calma, tranquila, con la asepsia propia de esa estúpida palabra, inmigrante.
     Lo jodido, lo que me hace vomitar, es que los muertos sean inmigrantes y no, sencillamente, personas.

domingo, 9 de marzo de 2014

TRES HORAS DE CONSENSO


     Ellos hablando y hablando, sin parar, soltando todo tipo de sandeces con las que pretenden convencerse a sí mismos más que engañar a nadie, y tú pensando "bueno, vale", tú diciendo "correcto, de acuerdo"; tú, en silencio.

viernes, 7 de marzo de 2014

EXPERTOS DE INCÓGNITO
     Han llamado a un montón de expertos en un programa de televisión; casi todos se han presentado diciendo "soy profesor de física avanzada en la Universidad de Yale" o "soy filólogo experto en cuatro diferentes dialectos de no sé qué lengua defenestrada" o "soy international financial consultant y poseo ciento quince MBAs".
     Cuando el programa ha terminado, he sentido una brutal necesidad de echarle mano al teléfono, llamar a la emisora y rogarles que volviesen a contactar con todos aquellos expertos tan listos y les preguntasen sus nombres; me he quedado con las ganas de saber quiénes eran y no sólo lo que son.

jueves, 6 de marzo de 2014

"Le parecía que entre su persona y los demás existía un vacío, una distancia más grande y tenebrosa que la que mediaba de estrella a estrella. Hablaban, pero él no entendía su lenguaje".
Antonio Rabinad de su obra 'LOS CONTACTOS FURTIVOS' (1956)
¿POR QUÉ?

sábado, 1 de marzo de 2014

LA PATERNIDAD
     La paternidad lo cambia todo, incluso la cara que veo cuando me miro en el espejo.
     Un regalo por descubrir, muy despacio, con paciencia, poco a poco. Ahora somos una familia, tres novatos; una pequeña debutante en un nuevo mundo y un par de aprendices asustados. Hay tanto por descubrir...
     Yo siempre he sido un tipo muy ocupado, milimétricamente organizado; papá tiene que escribirle una carta a un agente literario, papá tiene que actualizar un par de artículos de su blog, papá tiene que ir a comprar unas pilas y una bombilla de bajo consumo, papá tiene que regar las plantas de la ventana del salón, papá tiene que preparar un presupuesto para un cliente, papá tiene que llamar por teléfono a un montón de gente con la que tiene que hablar, papá tiene que limpiar sus zapatos, papá tiene que pasar el aspirador, papá tiene que arreglar no sé qué que se ha roto. Pero, sabes qué, a papá todo eso le da igual; lo único que le apetece a papá es sentarse contigo en el regazo y observarte con calma, con todo el tiempo del mundo.
     La paternidad lo cambia todo. Desde hace una semana -mi hija nació hace exactamente siete días y once horas-, siempre que estoy fuera de casa, lejos de mi mujer y nuestra hija, todo en lo que puedo pensar es en volver y abrazarlas a ambas, reunificar una vez más a esta pequeña familia que hoy representa el más grande de los mundos para mí. Ahora, todo tiene otro color; el que le otorga este nuevo prisma desde el que todo lo observo. Salgo a trabajar porque, como un lobo alfa, mi deber es proveer a mi manada de cuanto puedan precisar, cumplo mis obligaciones con devoción y alegría, pues sé que con ellas siembro el camino que más tarde mi pequeña recorrerá, y espero que cuando lo haga, éste se encuentre lleno de hermosas flores y no de baches y barro. Incluso estas palabras; nunca antes fueron tan necesarias. Por una parte son el testimonio, disponible para ella desde hoy mismo y ya para siempre, de mi amor por ella, pero además, son el anhelo de que su inspiración trascienda estas páginas y le diga al mundo entero cuán fácil es ser feliz, sentirse pleno, completo... simplemente con una sonrisa compartida por un par de padres novatos y una debutante que aún no sabe nada de ese mundo que la espera ahí fuera.
     Sí, es cierto, la paternidad lo cambia todo; a papá ya no le duele la espalda, ni le molesta ese pitido que desde hace unos días ya no siente en la cabeza, a papá no han vuelto a darle calambres en la pierna derecha, y hasta parece que al fin ha aprendido a no cortarse cuando se afeita. Papá está aprendiendo a tomarse las cosas con calma, a darle tiempo al tiempo, a tener fría la cabeza, a escuchar con paciencia, a mirar con los ojos bien abiertos; papá está aprendiendo a ser papá, papá ha descubierto otra forma de sonreír.