lunes, 31 de marzo de 2014
domingo, 30 de marzo de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
-Ah, por cierto, dile a Fulano que tengo
ganas de hablar con él.
Hay que...; por lo pronto, así, en
caliente, se me ocurren las siguientes acotaciones o réplicas:
1. ¿Le has preguntado a Mengano si tiene a
Fulano al lado para que le pase el teléfono?
2. ¿Te ha dado, alguna vez en el último
mes, por llamar a Fulano directamente?
2(2ªparte). En el caso de que así haya sido
y éste, Fulano, no te haya contestado, ¿has insistido llamándole una o dos
veces más?
3. ¿Tienes el número de Fulano? -Quizá ésta
debiera haber sido la número 1-.
4. Tal vez todo se resuma a que sabes que a
Fulano no le apetece, en absoluto, hablar contigo, pero...
5. ¿Te suena de algo, aunque no venga a
cuento, Leopoldo María Panero?
6, ¿Y Charles Bukovsky?
miércoles, 26 de marzo de 2014
lunes, 24 de marzo de 2014
sábado, 22 de marzo de 2014
¿Y si éste fuera -pensé- el último
ejemplar, la última copia impresa, de esta obra? Quemarla, arrancar sus páginas
y arrojarlas al feroz Cantábrico o enterrarla bajo diez metros cúbicos de
piedras y tierra húmeda, sería lo mismo que asesinar a su padre antes de concebirla;
borrar hasta el último rastro de que alguna vez existió.
Han sido apenas dos minutos, pero hoy a
Franz le ha dado por recordar el pasado...; coger su furgoneta, conducir hasta
las afueras con una botella de vino y sentarse a esperar la puesta de sol.
Parece mentira la clase de cosas que uno puede llegar a añorar... "En fin -se
ha dicho-, dejemos que otros hablen por mí", y ha subido el volumen del
transistor.
"De esto -ha pensado al cabo de un
rato- debe de tratarse eso de la nostalgia. ¿Qué le vamos a hacer?". Aquí
comienza la semana visceral del hombre medio, el desembarco de la necesidad.
viernes, 21 de marzo de 2014
"Los
blancos usan sus teléfonos móviles demasiado, eso destruye sus cerebros. Es un
hecho. Los teléfonos móviles causan cáncer cerebral y exprimen los testículos;
los japoneses los inventaron para estrujar de golpe las cabezas y las pelotas
de los blancos".
Aravind Adiga de su obra 'THE WHITE TIGER' (2008)
miércoles, 19 de marzo de 2014
domingo, 16 de marzo de 2014
¿TE TENGO O TE SUEÑO?
(poema para una hija)
Yo
observo, mientras tú enredas
con
la teta y mi sopa,
con
diez dedos, a dos manos
inquietas,
traviesas, despistadas,
oteando
con tus grandes ojos
maravillosos
nuevos escenarios,
mis
viejos lugares comunes.
Tú
descubres, mientras yo te exploro
con
mis ojos de viejo prematuro,
con
mis torpes manos
asustadas,
temblorosas, inseguras,
escrutando
cada gesto,
cada
movimiento tuyo
mientras
los dos fruncimos el ceño.
En
un rato será medianoche,
la
hora a la que te conocí;
tú
recién llegada expectante,
yo
novato nervioso y sonriente.
Llegaste
a mí y te abracé,
te
besé y, si te tengo o te sueño,
desde
entonces, no lo sé.
SOLEDAD EN LA RED
No hay feedback, como lo llaman en tierras
angloparlantes y, por supuesto, en España y demás países catetos ignorantes de
que ya poseemos términos autóctonos con los que referirnos a un sinfín de
conceptos aparentemente foráneos.
Nuevas tecnologías, múltiples
posibilidades; twitter, blog, e-mail -que no correo electrónico-, foros y apps
-que, creo, son aplicaciones... ¡la leche!-. Da igual, no hay feedback. Estamos
igual que cuando debutaron en la televisión holandesa, allá por 1968, cuatro
británicos que respondían al nombre colectivo de Led Zeppelin y entonaban
"las comunicaciones se han roto, siempre es igual".
sábado, 15 de marzo de 2014
Ahora soy Worm; no el Worm de Beckett,
perdido, desorientado y lleno de dudas. No, no soy ese Worm, ni ningún otro
Worm cualquiera; yo soy Worm, a secas, todos y uno, el único Worm.
Ahora soy Worm, tendido en el suelo, sin
ninguna expectativa ni nada con lo que soñar o entretenerme; hace ya mucho,
demasiado tiempo, que perdí los brazos y las piernas, mis ojos ya no me enseñan
nada, mis oídos no me susurran palabras vacías, mi boca no reconoce ningún
sabor y a mi nariz no llega ningún recuerdo envuelto en un perfume cálido y
embriagador. Vivo instalado en la ausencia de emoción, en una especie de 'nada'
sentimental. No recuerdo cómo o cuándo empezó todo esto, aunque algo me dice
que mi transformación -antes yo no era Worm, sino Jacob Martín, joven escritor
con creciente prestigio a punto de abanderar alguna causa digna de elogio- tuvo
que ver con el hecho de verme, día tras día, durante varios años, rodeado de
apatía, asepsia y... cuál será la palabra adecuada, ¿dejadez?
Ahora soy Worm; fiel reflejo de la sociedad
en que he crecido, ejemplo de una tendencia, el obvio devenir de los últimos
dos mil años de historia. Soy Worm, continente de otros como yo, pero
distintos, más pequeños, que a su vez contienen a otros como ellos mismos; entre
otros, yo.
Ahora soy Worm, quieto, inmóvil, inmutable;
soltando sinónimos y excusas. Soy Worm y seguiré siéndolo durante tres o cuatro
eternidades más; después dejaré de serlo. Dejaré de ser Worm y ya no seré nada,
nunca más. Dejaré de ser Worm y, sencillamente, dejaré de ser.
viernes, 14 de marzo de 2014
Estimados
ciudadanos de un país libre;
Yo soy el cuarto niño que morirá mañana en
Siria; conmigo, si no me fallan las cuentas, serán ya 8.000 los menores de edad
fallecidos en esta guerra, esta disputa entre un tirano y sus amigos, unos
milicianos desorientados y nerviosos, unos cuantos poderosos apoltronados,
algunos aspirantes al título de 'manda-más', varios terroristas oportunistas y
unos pocos soñadores ansiosos por conquistar la paz y la libertad.
Mañana, a estas horas, cuando se cumplan
tres años del comienzo 'oficial' -al menos para el resto del planeta- del
'conflicto' que asola mi país, yo ya habré fallecido. Todo será muy rápido, no
os preocupéis por mí; un grupo de hombres, pertenecientes a alguna de las
facciones beligerantes -ignoro si una de las buenas o de las malas, aunque eso,
la verdad, no me importa en absoluto-, entrará en mi casa disparando a
bocajarro contra todos los que nos encontramos dentro. Moriremos mis padres, el
hermano de mi padre, mi abuela materna, mi hermana pequeña y, por último, yo.
Desconozco el motivo, la razón que
justificará o validará mi muerte, la muerte de un crío de doce años. Lo que sí
sé es que mañana estaré muerto antes de la puesta de sol; no será por una
cuestión de estadística, ni por darle a algún periódico una cifra redonda con
la que abrir en tan significativa fecha. Eso lo sé, igual que sé que 8.000 niños
muertos en tres años de guerra civil en Siria, no es nada al lado de los 10.000
que pierden la vida, cada día, en el continente africano a causa de la falta de
alimentos. Pero, acerca del motivo de mi asesinato -¿puedo llamarlo así?-, nada,
todo lo ignoro.
Imagino que ustedes, ciudadanos de un país
libre, desarrollado y evolucionado -no como el mío- sabrán cual es la razón
para que sus ejércitos no intervengan en esta locura y la detengan. Supongo que
8.000 niños muertos no sirven para justificar ninguna intervención; me pregunto
qué sirvió para avalar su decisión de entrar en Irak y liberar al oprimido
pueblo, o cual fue la razón clave que les convenció de que no era mala idea
apoyar a los insurgentes en Libia. Está claro que en esos países la situación
debía de ser infinitamente peor a la nuestra, de otra forma no podría entender
que aún no se hayan decidido a ayudarnos. Mi padre dice que todo se debe a que
aquí, en Siria, no hay nada que les pueda interesar, con lo que puedan hacer
negocio, pero yo no creo que los habitantes de un país libre y justo puedan
permitir esta masacre si no es por algún buen motivo, y no simplemente porque
no sale rentable defender a otros seres humanos; quién podría pensar que
ustedes son así.
En fin, permítanme agradecerles el tiempo
que les he robado con éstas, mis últimas palabras; entenderán que, ante la
certeza de que mi final se acerca, he sentido la necesidad de compartir mis
pensamientos con algunas personas inteligentes, con gente de bien, no como las
bestias que moran por aquí. Se despide, desde este pequeño lugar del mundo,
para siempre, su amigo Samir.
martes, 11 de marzo de 2014
La periodista invitada a la tertulia
matutina comenta que "es una pena que hayan fallecido quince
inmigrantes". Lo dice con calma, tranquila, con la asepsia propia de esa
estúpida palabra, inmigrante.
Lo jodido, lo que me hace vomitar, es que
los muertos sean inmigrantes y no, sencillamente, personas.
domingo, 9 de marzo de 2014
viernes, 7 de marzo de 2014
EXPERTOS DE INCÓGNITO
Han llamado a un montón de expertos en un
programa de televisión; casi todos se han presentado diciendo "soy
profesor de física avanzada en la Universidad de Yale" o "soy
filólogo experto en cuatro diferentes dialectos de no sé qué lengua defenestrada"
o "soy international financial consultant y poseo ciento quince MBAs".
Cuando el programa ha terminado, he sentido
una brutal necesidad de echarle mano al teléfono, llamar a la emisora y
rogarles que volviesen a contactar con todos aquellos expertos tan listos y les
preguntasen sus nombres; me he quedado con las ganas de saber quiénes eran y
no sólo lo que son.
jueves, 6 de marzo de 2014
sábado, 1 de marzo de 2014
LA PATERNIDAD
La paternidad lo cambia todo, incluso la
cara que veo cuando me miro en el espejo.
Un regalo por descubrir, muy despacio, con
paciencia, poco a poco. Ahora somos una familia, tres novatos; una pequeña
debutante en un nuevo mundo y un par de aprendices asustados. Hay tanto por descubrir...
Yo siempre he sido un tipo muy ocupado,
milimétricamente organizado; papá tiene que escribirle una carta a un agente
literario, papá tiene que actualizar un par de artículos de su blog, papá tiene
que ir a comprar unas pilas y una bombilla de bajo consumo, papá tiene que
regar las plantas de la ventana del salón, papá tiene que preparar un
presupuesto para un cliente, papá tiene que llamar por teléfono a un montón de
gente con la que tiene que hablar, papá tiene que limpiar sus zapatos, papá tiene
que pasar el aspirador, papá tiene que arreglar no sé qué que se ha roto. Pero,
sabes qué, a papá todo eso le da igual; lo único que le apetece a papá es
sentarse contigo en el regazo y observarte con calma, con todo el tiempo del
mundo.
La paternidad lo cambia todo. Desde hace
una semana -mi hija nació hace exactamente siete días y once horas-, siempre
que estoy fuera de casa, lejos de mi mujer y nuestra hija, todo en lo que puedo
pensar es en volver y abrazarlas a ambas, reunificar una vez más a esta pequeña
familia que hoy representa el más grande de los mundos para mí. Ahora, todo
tiene otro color; el que le otorga este nuevo prisma desde el que todo lo
observo. Salgo a trabajar porque, como un lobo alfa, mi deber es proveer a mi manada
de cuanto puedan precisar, cumplo mis obligaciones con devoción y alegría, pues
sé que con ellas siembro el camino que más tarde mi pequeña recorrerá, y espero
que cuando lo haga, éste se encuentre lleno de hermosas flores y no de baches y
barro. Incluso estas palabras; nunca antes fueron tan necesarias. Por una parte
son el testimonio, disponible para ella desde hoy mismo y ya para siempre, de
mi amor por ella, pero además, son el anhelo de que su inspiración trascienda
estas páginas y le diga al mundo entero cuán fácil es ser feliz, sentirse
pleno, completo... simplemente con una sonrisa compartida por un par de padres
novatos y una debutante que aún no sabe nada de ese mundo que la espera ahí
fuera.
Sí, es cierto, la paternidad lo cambia
todo; a papá ya no le duele la espalda, ni le molesta ese pitido que desde hace
unos días ya no siente en la cabeza, a papá no han vuelto a darle calambres en
la pierna derecha, y hasta parece que al fin ha aprendido a no cortarse cuando
se afeita. Papá está aprendiendo a tomarse las cosas con calma, a darle tiempo
al tiempo, a tener fría la cabeza, a escuchar con paciencia, a mirar con los
ojos bien abiertos; papá está aprendiendo a ser papá, papá ha descubierto otra
forma de sonreír.
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