jueves, 31 de enero de 2013

miércoles, 30 de enero de 2013


“Dame pan y llámame tonto”.
Francisco Ortega Rodríguez

“Aspiro a la autosuficiencia. De esta forma sabré con certeza que cuando confío a cualquier persona una faceta de mi vida que yo mismo domino, lo hago entregándome, con total confianza y fe en ella”.
Israel Lozano

jueves, 24 de enero de 2013


ASCENSORES DE TRES PLANTAS
        Lucinda Williams ha empezado a sonar en el equipo de música del salón, me siento justo al lado de los altavoces, con una copa de vino riojano y un libro de Jean-Michel Guenassia a mano; al fin estoy en casa, lejos –aunque tan sólo a la distancia del grosor de las paredes de mi hogar- de un mundo empeñado en exterminarse, poco a poco, a si mismo.
        Al principio fuimos cazadores; corríamos para conseguir comida y perpetuar la especie. Después inventamos la rueda, iniciando con ella el movimiento del progreso y, más tarde, vehículos sobre los que desplazarnos cómodamente sentados; entonces comenzamos a abandonar nuestra vieja costumbre de competir en velocidad contra cualquier otra especie animal. Nos acomodamos, llevamos haciéndolo más de dos mil años.
        Puedo sentir el paso de toda nuestra Historia dentro de mí esta noche.
        Lentamente empezamos a asumir que cada nuevo avance estaba destinado, no a la ayuda o al apoyo de aquellos que por cuestiones de enfermedad o edad lo precisaban, sino a permitirnos reservar nuestras energías intactas para momentos de verdadera necesidad; nos anquilosamos, nos abotargamos. Aceleramos vertiginosamente nuestra decadencia.
        Me pregunto para qué sirve un ascensor, cual es su verdadera utilidad, ¿prevenir las lesiones de rodilla de un niño de doce años que llega de clase de inglés y vive en un segundo piso, o facilitarle a un anciano que suba hasta su casa, en ese mismo segundo piso, las cuatro bolsas de la compra cargadas de patatas, cartones de leche, huevos y latas de conservas?
        ¿Es ésta la auténtica naturaleza del hombre; buscar su comodidad aún a costa de su supervivencia, de su calidad de vida, de su realización; obviar la satisfacción de los objetivos conseguidos a través de la voluntad y su ejercicio? Tal vez simplemente esté hablando de ascensores de veinte mil euros en edificios de tres plantas, aunque puede que debajo de ellos haya algo más que un simple hueco para maquinaria; ¿tal vez, una gran tumba para toda la Humanidad?

lunes, 21 de enero de 2013



        Hoy me siento optimista; no puedo evitarlo, se palpa en el ambiente, las cosas van a mejor.
        Al fin, después de sufrir una injustificada travesía del desierto, las entidades bancarias pueden retornar a su actividad principal: vender útiles de cocina a cambio de depósitos dinerarios a tiempos variables.
        Ya iba siendo hora, ¡coño!; ¿para qué habían estudiado si no, un lustro de ‘Económicas’ los abnegados interventores, para qué tres o cuatro ‘Master Business Administration’ y un par de idiomas con diploma y todo?
        La panacea del aspirante a ‘empresario del año’. Bienvenidos, hijos de la banca.
        Hoy he constatado que, después de un par de años ejerciendo exclusivamente de entidad de préstamo y gestión de dividendos, los bancos, al fin, han vuelto a moverse en el entorno que mejor les sienta. ¡Viva la mercadería!

“Cuando un hombre no nos deja vivir, matarle es un acto en defensa propia”.
Leopoldo Mª Panero

sábado, 19 de enero de 2013


RENDIDO A TUS PIES
        Él siempre se duerme antes que ella; ella se ríe, ‘ya estamos…’, pero también él es siempre el primero en despertarse. Entonces, la observa hasta que ella se despierta.



        Poeta alcohólico transmutado en cantante teatrero, busca guitarrista folkie con alma negra para formar dúo con el que soñar de vez en cuando.



Es bueno ser rey,
aunque sólo sea por un día;
sentirse el amo del mundo,
tener licencia para hablar y
hacer callar a la nación entera
obligándole a prestarte atención,
conjugar cualquier forma verbal
sin tener que pedir perdón,
ser el elegido
entre millones de hombres
que podrían merecerlo más que tú.
Que se lo digan a Elvis
después de echarle el guante,
sin compasión alguna,
a un par de canciones ajenas y,
con su media sonrisa reluciente,
convertirlas en himnos imperecederos.
Sí, es bueno ser rey;
saber que no hay tumba tan profunda
como para enterrar definitivamente
el eco de tu voz,
conocer los secretos ocultos
con los que otros ni se atreven a soñar,
tener el mundo entero en tus manos,
…poder contemplarlo y sonreír.
¡Pero qué bueno es ser rey!

miércoles, 16 de enero de 2013


EL MUNDO SIGUE GIRANDO
        Un par de lesbianas se despiden –quizá definitivamente- en medio de la calle, mientras, un tipo rapado al cero y con una sudadera gris con capucha, observa a su alrededor con el ceño fruncido.
        Revistas pornográficas acumulándose en una esquina de la cafetería más elitista de la ciudad. Dos hermanos a punto de dar la campanada detrás de la barra.
        Aspirantes a médico liándose un porro de marihuana; un futuro neumólogo que se enciende un cigarrillo nada más despertar.
        Dos caballeros prejubilados debaten borrachos acerca de cual debiera ser el protagonista espirituoso de la próxima ronda.
          Ineludiblemente, el mundo sigue girando.

domingo, 13 de enero de 2013


La de ayer fue una gran noche;
la defensa de la calidad frente a la cantidad,
un sueño que no se diluye del todo al despertar,
el amanecer de la resistencia.

sábado, 12 de enero de 2013


“A través de las pequeñas historias es como se comprende la Historia”.
Ryszard Kapuscinski

jueves, 10 de enero de 2013


10 DE ENERO DE 2013
        Francisco tiene, en su labio inferior, un lunar; reflejo y recuerdo del que su esposa, Mª Luisa, tenía en el mismo lugar.
        Yo me percaté de ello unos dos días antes de que ella muriese, en el Hospital Monte Naranco, después de que él le diese un beso, casi como si ella se lo hubiese ‘contagiado’, como si después de tantos años juntos, besándose, ese lunar hubiese traspasado la piel de los labios de ella, para instalarse también en los de él.
        Parece mentira, pero no fue hasta ese diciembre de 2009 cuando me fijé en tan bonito detalle.

        Mi esposa, Lei, también tiene un lunar que destaca en su cara, en la barbilla; de él, recuerdo perfectamente, me percaté enseguida; desde el primer momento en que la vi me fijé en su lunar y, tan rápido como me enamoré de ella, así me prendé de su lunar.

        A veces recuerdo el lunar compartido de Francisco y María mientras observo el de Lei. Entonces pienso que tal vez, si acerco mucho mi rostro a su lunar, si no paro de acariciarlo con mi propia cara, podría conseguir que nos pasase lo mismo a nosotros; su lunar en mi cara. Sería como tenerla, irreversiblemente, siempre conmigo, incluso cuando no estuviese a mi lado.
        El lunar de Lei en mi propia cara…, el contagio del amor.

REFLEXIONANDO A 140 KILÓMETROS POR HORA
        Quizá el deseo no sea más que un par de caramelos esperando, dentro del cenicero del coche de alguien que no fuma, el turno del siguiente, el momento de la despedida.

miércoles, 9 de enero de 2013


“Sigo ignorante menos cuando las circunstancias me ayudan: no puedo contar con las circunstancias”.
Isaac Asimov de su novela ‘ROBOTS E IMPERIO’ (1985)

martes, 8 de enero de 2013


“Hay libros que son personas y hay personas que son libros. Así de simple”.
Sara Ramón Lozano

miércoles, 2 de enero de 2013

LEER ESTÁ DE MODA


UN BUEN LUGAR DONDE SENTARSE A ESPERAR


UN TELÉFONO EN EL SUELO
‘Entonces nos vemos el miércoles, chao’. Tú te despides como siempre lo has hecho desde el día en que le conociste, el primero de clase en una calurosa jornada de mediados de septiembre; no hay nada que te haga pensar que mañana, o el miércoles en cuestión, él vaya a faltar a vuestra cita habitual. Nada os ha impedido veros cada semana durante los últimos dieciocho años, así que le das un abrazo, como tantos otros le habrás dado en todo este tiempo y, sonriendo, te giras mientras levantas el brazo izquierdo despidiéndote con tu característico estiramiento de dedos pulgar e índice.
Pasan tres días y tu teléfono suena; mañana será miércoles y no habrá café, ni charla agradable o sonrisas, tampoco algún que otro guiño de ojo precedido por un comentario agudo. Mañana no habrá cita con tu compinche de correrías inmemoriales.
La pasada noche fue la última de un conductor suicida que decidió largarse de este mundo mientras conducía borracho a toda velocidad, por la autopista, precisamente a la misma hora en que tu amigo de la infancia volvía a casa después de un día de duro trabajo, cansado, tanto como para no poder reaccionar a tiempo y esquivar el Skoda verde aguamarina que se empotró en la puerta del conductor de su coche, a ciento cuarenta kilómetros por hora.
¿Acaso alguien suele despedirse cada vez que se separa de un ser querido pensando que esa puede ser la última vez en que oiga su voz, en que su mirada se clave fijamente en él, prestando atención a cada una de sus palabras?
Al otro lado del teléfono alguien espera que digas algo; ‘¡hola!, ¿estás bien?’. Imposible responder, tu teléfono descansa sobre el mismo suelo en que no hace mucho tiempo él estuvo sentado buscando un disco de Johnny Cash entre tu colección de vinilos.