AHORA QUE NO ESTOY (pt.04/18)
A veces los motivos son sólo personales.
No hace falta buscar ideales reencontrados,
ni banderas desempolvadas de la memoria ya raída, ni reacciones en cadena
comenzadas en las antípodas y que acaban de llegar aquí. El movimiento, el
movimiento cíclico, que de eso se trata, siempre es unitario, y por tanto
individual.
Espero no dar a entender en ningún momento
que mi intención es la de negar el movimiento 'para' los demás, Dios sabe que
no hay circulación más digna y loable que ésta; al contrario, aquí se trata de
eliminar -por considerarlo tan inútil como deplorable- el movimiento, 'por' los
demás.
Una vez más, y como ya es costumbre en mi,
espero que todas las posibles confusiones sean finiquitadas en cuanto se tengan
en cuenta las consideraciones etimológicas pertinentes.
Cada viaje comienza cuando acaba el
anterior; ¿en serio? Así debiera ser, pero la verdad... Lo único cierto es que cada
casilla de salida se parece más y más a la anterior, y la mayor parte de las
metas resultan ser tan familiares como predecibles con el paso del tiempo. Y
todo lo que hay en medio..., tíos, primos, cuñados y demás parentela.
Así que nos pasamos la mayor parte de
nuestras vidas describiendo círculos, repitiendo formas, modos, o patrones de
conducta que dirían los entendidos -esos que suelen tener sus paredes plagadas
de papeles en los que figura su nombre completo al ladito de la firma de
alguien 'importante'-. El eterno retorno, en él invertimos... no sé, ¿el
noventa por ciento de nuestro tiempo? Puede que aún más. Y el resto nos lo
pasamos intentando explicárnoslo a nosotros mismos, llegando a darle vueltas
-qué curioso- incluso en sueños.
Es como si ahí dentro, en el mismísimo
centro de nuestro pecho, hubiese un imán que nos lleva siempre en una misma
dirección, atraído por ese otro imán que espera al final de cada camino, listo
para entrar en ebullición por contacto, y encender las brasas de todo eso que
espera, latente, en lo más profundo de nuestro corazón.
Lo cierto es que, lo sea o no, así es como
creo que debiera ser. A veces los motivos son sólo personales.
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La casualidad, permitidme reír, es un
animal tremendamente intuitivo e inteligente. Hoy mismo he recibido un correo
comercial en que rezaba: “Más de 50 millones de personas en todo el mundo ya
son clientes de Capital One. ¿A qué espera para ser uno de ellos?”.
¿A que se den de baja esos más de 50
millones de personas de todo el mundo?
***
En cuanto al proceso circular, el
movimiento..., vidas y más vidas vividas bajo un mismo nombre, con un mismo
aspecto.