lunes, 30 de marzo de 2015

     Primer acorde de guitarra y el semáforo empieza a dudar; justo cuando la batería decide entrar en la habitación, el verde nos da la bienvenida. Durante los próximos tres segundos el Blues subirá poco a poco de revoluciones... A veces la vida se pone de acuerdo con la música, y eso resulta simplemente maravilloso.

jueves, 26 de marzo de 2015

"No hay nada más vano que intentar ser alguien distinto al que soy por naturaleza".
Piotr Ilich Tchaikovsky en una carta a su hermano Anatoli (1878)

lunes, 23 de marzo de 2015

     No, no todo puede valer -ya ves, también en esto estoy de acuerdo contigo-, pero, siendo sinceros, a quién le importan realmente todas las explosiones que amenazan con derrumbar nuestro pequeño paraíso particular; no creo que haya más de dos personas en el mundo con derecho a opinar sobre esto, y una de ellas soy yo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

FIN
¿Quién eres tú?
Y yo... quién soy yo;
completos desconocidos
buscando algo mejor,
quizá alguna esperanza
o una última oportunidad,
el reducto definitivo
en el que sentarme a esperar
hasta que terminen sangrando
estas torpes manos mías.
Y después...
-después de tú y yo,
de gobierno y obligación,
de testamento y testaferro,
de martillo y billetera-
... derramarme,
ver cómo mi cara se encoge
hasta borrar el rostro
que de mí la gente conoce;
eso es todo lo que anhelo:
desaparecer.  

sábado, 14 de marzo de 2015

ABDICANDO DE... LA VIDA
-Sólo dices chorradas -y su voz se quedó retumbando ahí arriba, en esa buhardilla destartalada llena de neuronas hiperactivas-; ¿me has oído? Nada más que chorradas.
     Se repuso.
-Exactamente... a qué te refieres.
     Exasperante; a veces Samsa era, sencillamente, exasperante. De una forma desafiante, exasperante hasta la incitación a la violencia. Pero Sara ya le conocía, nada le haría dejar de ser un témpano de hielo; el autocontrol era su filosofía, la abnegación su credo.
-Esa estupidez acerca de la abdicación que llevas pregonando toda la semana, un buen ejemplo, sí; ¿no te cansas de soltar chorradas de ese tipo todo el día?
-La abdicación -ensimismado, sotto voce, alejado-.
-Sí Samsa, la ab-di-ca-ción -sin ira, pero con claro hartazgo-.
     Tres, dos, uno... acelerador a fondo.
-La abdicación me corroe por dentro, me impide dormir por las noches; la abdicación de los códigos morales de conducta, la abdicación de la ética, la abdicación de la voluntad, la abdicación de la ilusión..., de la esperanza, la abdicación de la sonrisa, la abdicación del espíritu combativo, la abdicación del deber, la abdicación de la poesía, la abdicación de las matemáticas, la física y la biología, la abdicación de la vida.
     Silencio; Sara callada al fin, con los ojos bien abiertos y dispuesta a seguir escuchando. Samsa continúa sin percatarse de que lo que está haciendo, realmente, es desenvolver un regalo inesperado.
-Debería darle la razón a todos aquellos que se refugian en el discurso derrotista-conformista y mandarlo todo a la mierda (yo mismo incluido); debería darle la razón a Franz, reconocer que todo está perdido y que yo solo no puedo cambiar nada, que no voy a salvar a nadie, que soy incapaz incluso de salvarme a mí mismo. Debería asumir mi derrota, ser consecuente, y rendirme a mi cansancio, a este hastío atroz ante la obligación de seguir vivo, de continuar aunque no valga para nada. Debería ser razonable, claudicar, aceptar la realidad. Debería sentarme a esperar la muerte, o incluso correr a su encuentro: escribir mis últimas palabras en este cuaderno y no volver a abrir la boca nunca más.

jueves, 12 de marzo de 2015

"Muy pronto, en mi vida, fue demasiado tarde".
Marguerite Duras de su novela 'EL AMANTE' (1984)

martes, 10 de marzo de 2015

-¿Es usted extranjero?
-Según se mire.
-Disculpe, creo que no le entiendo.
-Bueno, depende con respecto a qué país lo pregunte.

domingo, 8 de marzo de 2015

SUCESIÓN ININTERRUMPIDA
(SHOW MUST GO ON)
     Por lo que veo en tu blog, trabajas arduamente, lo mantienes vivo. Eso es bueno. Por mi parte he descubierto la verdad -esto es un hecho, no intentes confundirme preguntándome a qué realidad me refiero o cualquier otro tipo de 'chorrada' (qué palabra, ¿verdad?)-, aunque aún no sé cómo obrar en... consecuencia. Mañana te veré; será fantástico, beberemos y diremos un montón de estupideces que nos parecerán geniales -a ellos también se lo parecerán, serán tan felices oyéndonos despotricar, cumpliendo nuestros papeles..., me gustaría poder verles alguna vez y felicitarles con una fuerte palmadita en la espalda: juego descubierto, juguete al 187.5 por ciento y su-bi-en-do-.
     Nos veremos y beberemos, beberemos y reiremos, reiremos y beberemos, beberemos y nos entrarán ganas de llorar, lloraremos y beberemos; más tarde será otro día, ya nada importará.

viernes, 6 de marzo de 2015

     Hoy estoy cansado, muy cansado... Tanto como para contemplar la vida y la muerte sin mucho interés, tanto como para sentirme impasible mientras lo inevitable toma forma ante mí. Hoy sería un buen día para encontrarse en un banco en el momento exacto en que tres locos deciden llevar a cabo un atraco a mano armada; podría detenerlos sin pestañear después de que uno de ellos gritase "al primero que se mueva me lo llevo por delante". Adelante pues, pensaría yo, y me convertiría en héroe por el simple hecho de que hoy estoy cansado, muy cansado... demasiado para que me importe una mierda seguir respirando mañana.
"Empecé a recopilar estas notas sin para y sin porqué y sólo para ver qué pasaba, para desoxidar las bielas, para comprobar si la maquinaria seguía moviéndose a pesar de todo, a pesar del tiempo y la inseguridad que me habían ido convirtiendo, poco a poco al principio y de pronto súbitamente, en un hombre acorralado".
Ray Loriga de su novela 'ZA ZA, EMPERADOR DE IBIZA' (2014)

jueves, 5 de marzo de 2015

"Uno no es escritor a tiempo parcial, de la misma forma que un enfermo de cáncer no lo es sólo a por las noches".
Israel Lozano

domingo, 1 de marzo de 2015

Y LA VIDA SIGUIÓ
     Conducía con decisión, con ese tipo de calma desbordada que muestran quienes transitan parajes ya conocidos y que tanto asusta a quienes, desde el asiento del copiloto, descubren por vez primera en camino.
     A pesar de ello, de los rápidos movimientos de manos al volante, de las curvas cerradas tomadas a toda velocidad, de los vertiginosos cambios de carril in extremis, de los guijarros proyectados fuera del camino y de los baches imposibles de evadir que hacían saltar al destartalado Peugeot 504 gris, a pesar de todo ello, Jacob no tenía ni la menor idea de hacia dónde se dirigía; no hace falta decir que yo aún menos.
     Conducía, como suelen hacerlo los hombres atribulados y decididos al cambio definitivo de rumbo vital, con violencia y agresividad, maldiciendo de cuando en cuando, elevando su voz ronca por encima de las altísimas notas de guitarra que salían de los altavoces del coche; a su lado yo permanecía callado, sin saber qué decir, o sabiéndolo, pero incapaz de encontrar el valor para hacerlo.
     -Jacob... -me arranqué un par de veces-.
     -Ahora no -me frenó en seco-, ahora no.
     Yo pensaba en el Lago Roca, intentaba teletransportarme a él o, al menos, lograr que mi consciencia se esfumase hasta allí durante unos pocos minutos de paz. Ignoro en qué pensaba Jacob; de hecho, es posible que ni siquiera pensase en algo concreto. De vez en cuando le miraba de soslayo, en su mirada ardía el fuego de la decisión tomada, firme; yo me preguntaba cuál sería esa decisión.
     De repente, después de una cerradísima curva, nos encontramos con el final de aquella carretera mal asfaltada; estábamos a pocos metros de la cumbre de la montaña, ante nosotros un camino de grava y piedrecillas medio embarrado por las lluvias de noviembre. Apenas necesitó medio segundo para desvelarme sus intenciones: sin apartar la vista del horizonte frunció el ceño y sonrió al tiempo que metía la primera y pisaba el acelerador a fondo, en pocos segundos llegaría el suspiro definitivo, el último. Entonces la fusión se abría completado, ya nunca más habría cara y cruz, nunca más dos voces, dos miradas, dos ideas.