EL REFUGIO INTERIOR
(SOLILOQUIO DE UN HOMBRE DESESPERADO)
-Usted,
señor, está tan desesperado como para aceptar cualquier trato; incluso este que
acabo de proponerle.
No hay literatura posible.
-Sí,
pero... -intento en vano-.
-No,
querido mío, no hay 'pero' que valga; hágase a la idea de
que las cosas -ningún tipo de literatura posible- están como están. Acéptelo.
-Sí...,
entiendo, entiendo; lo... acepto.
No hay literatura, ningún tipo de
literatura, posible aquí.
-En
tal caso, pobre idiota, acérquese un poco a la ventana. Sí, así está muy bien,
será suficiente; ya sabe lo que viene ahora, ¿verdad? -No aquí-. Adiós.