domingo, 17 de junio de 2012


EN LA PUERTA DE UN HOSPITAL PSIQUIÁTRICO
        Son ángeles, no hay duda. Encargados de velar por nuestras almas, de enseñarnos a caminar hacia un lugar donde poder mostrar una mejor versión de nosotros mismos, donde poder saltar más alto y correr más rápido, donde sentir nuestro corazón bombear sangre con más fuerza, donde ver con más nitidez cada detalle que antes había pasado inadvertido, prácticamente invisible.
        No son discapacitados, ni tan siquiera personas con algún tipo de discapacidad, ¡no! Son ángeles; preciosos, hermosos ángeles, perfectos, ayudándonos a acercarnos a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario