HABLANDO
DE LA MEMORIA HISTÓRICA
Llevaba años sin publicar nada; “¿para
qué? No sabrían apreciarlo”, solía decirse a si mismo.
“Podría copiar algo de Pío Baroja, por
ejemplo; plagiarle su ‘Camino de perfección’ de principio a fin, o simplemente
los fragmentos más brillantes. ¿Quién iba a darse cuenta? Ya nadie lee a
Baroja, ni a Unamuno ni a Jardiel Poncela. En esta sociedad de consumismo -que
no consumo-, de best-seller de temporada y olvidados pasquines, ¿quién tiene
tiempo para acordarse de aquel donostiarra al que admiraban Hemingway o Dos
Passos?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario