jueves, 25 de octubre de 2012


HABLANDO DE LA MEMORIA HISTÓRICA
        Llevaba años sin publicar nada; “¿para qué? No sabrían apreciarlo”, solía decirse a si mismo.
        “Podría copiar algo de Pío Baroja, por ejemplo; plagiarle su ‘Camino de perfección’ de principio a fin, o simplemente los fragmentos más brillantes. ¿Quién iba a darse cuenta? Ya nadie lee a Baroja, ni a Unamuno ni a Jardiel Poncela. En esta sociedad de consumismo -que no consumo-, de best-seller de temporada y olvidados pasquines, ¿quién tiene tiempo para acordarse de aquel donostiarra al que admiraban Hemingway o Dos Passos?”

No hay comentarios:

Publicar un comentario