Rómpete la
espalda luchando
contra todas
esas causas perdidas acumuladas
en la lista de
tareas pendientes,
recorre caminos
que son viejos conocidos
intentando
descubrir algo nuevo,
peléate con
tus miedos y fronteras
demostrándoles
quién manda aquí,
no amedrantes
tu espíritu nunca,
no decaigas en
tu propósito noble;
la vida es, y
siempre será así, de los que arriesgan.
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