LA VERDAD NO ENTIENDE DE VOCES
No seré yo quien vaya ahora a comulgar con el célebre déspota, el terrorista manifiesto, el contumaz tirano... pero, algunas cosas son verdades -tal y como decimos en España- como puños, inquebrantables, sean pronunciadas por quien sean pronunciadas.
Habrá que reconocerlas; al César lo que es del César. De eso, cree un servidor, va la integridad.
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