jueves, 15 de agosto de 2013

DESPEDIDA (palabra clave: EMPATÍA)
     Tomás tomó un papel, lo introdujo en el carro de la máquina y escribió algo así: "Después de pasarme los últimos meses intentando cumplir a la perfección mi papel de 'pacificador', de imparcial arbitro empeñado en la cordura y la sonrisa, habéis conseguido que arroje la toalla; no puedo más. Os pasáis el día maldiciendo e insultando, intentando sacar una cruenta guerra de donde lo único que hay son egoísmos y ausencia de empatía. ¿Por qué debe nadie estar obligado a elegir? Tal vez sea acaso esa, vuestra idea del amor y la fidelidad. Para mí está claro que os equivocáis, pero ahora me doy cuenta de que resulta inútil cualquier intento por hacéroslo ver. No es que haya decidido apostar en vuestra contra, es que no tenéis fondos con los que seguir jugando. Adiós".
     Acto seguido, y tras echarle un rápido vistazo a la hoja, tomó otra y repitió la operación; esta vez escribió: "Se acabó; estoy harto de ser yo quien ha de comprenderos, quien tiene que excusaros siempre y quien debe de 'empatizar' con todas vuestras causas, sean las que sean. ¿Alguna vez os habéis parado a pensar que también vosotros podrías medir vuestras palabras? Sinceramente, ya no veo ningún motivo para continuar con esta relación; no sólo no me aportáis nada, encima me vampirizáis, succionáis y os quedáis con todo lo que podéis. Punto y aparte".
     Finalmente, Tomás se encaminó a una copistería próxima, hizo un par de fotocopias de cada una de las notas y se dirigió a la oficina de correos, donde compró cuatro sobres en los que introdujo los duplicados -dobló las originales y se las guardó en un bolsillo de la chaqueta- y, tras escribir unas direcciones y pegar unos sellos, se las entregó a un sonriente interventor. "Póngalas en el saco de esta tarde -le dijo-, deben de llegar tan pronto como sea posible; mañana me voy de vacaciones".

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