miércoles, 1 de enero de 2014

FOLCLORE ESPAÑOL
     -¿Estás seguro? -me preguntó ella mientras jugueteaba con el último botón abrochado de su blusa de seda-. Ya sabes que después te entrará el lamento y dirás que te he 'emponzoñado'.
     Sonreí, me acerqué un poco más a ella, a su largo cuello, y le susurré en su oído izquierdo:
     -Dame veneno, que quiero morir.

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