HOY SÍ
Primero te dejas insultar por un imbécil en
medio de la calle mientras piensas 'mejor no entrar a trapo, no vaya a ser
que...', más tarde un cliente te veja y pisotea los vestigios de la que aún
podría ser considerada tu moral; tú no dices nada interesante, tan solo
"gracias a usted, buenas tardes".
¿Qué importan las ganas que tengas cuando
el mundo se empeña en decirte que no? A veces, todo lo que puedes hacer es
quedarte en silencio, muy quieto, y mirar a los otros protagonistas de los
siete billones de novelas escritas pasar frente a ti.
Hay días en que piensas 'vaya, hay tantas
canciones esperando ser escritas, que no sé por dónde empezar', así que no te
decides a comenzar, y hoy es sólo un día más y todo permanece exactamente en el
mismo sitio y, en el fondo, sientes que todo da igual; hoy tampoco te
convertirás en el próximo Kerouac.
Al cabo de cierto tiempo estás harto; lo
peor es que ya no sabes qué hacer, sientes que tienes que moverte, pero no
tienes ni idea de qué dirección tomar. Así que, sencillamente, comienzas a
caminar, sin fijarte mucho en tu rumbo, sin prestarle demasiada atención a tus
pasos y, sin darte cuenta de ello, sin quererlo ni pretenderlo, te encuentras
con que te has convertido en un álbum de fotos de tu ciudad, en la crónica viva
de un espacio reflejado en tus propias retinas; entonces piensas 'hoy sí'.
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