martes, 18 de febrero de 2014

DESESPERACIÓN EN EL SIGLO XXI
     Vivo con miedo permanente a que suene el teléfono y sea, quien al otro lado se encuentre, otro cliente excusándose por verse obligado a prescindir de mis servicios. Espero con temor e inquietud pre-cardiacos, cada vez que visito a uno de ellos, que ese encuentro sea el último, el definitivo.

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