jueves, 7 de agosto de 2014

VACACIONES NACIONALES
     Vas a comer a un restaurante 'guapo' de esos con servicio de aparcacoches -que no furgonetas- y trescientos quince tenedores; te plantan delante un plato gigantesco con algún tipo de delicatesen indescifrable y minúscula que no calma tu hambre, te sueltan una factura de ciento veinte euros y te despiden, "buen día muchacho". Así que esa misma noche vas a cenar al bar de la esquina, donde te ponen una fuente llena de patatas de verdad, huevos de pueblo y jamón serrano cortado en tacos por ocho euros -diez con dos pintas de vino- y cuando te vas por la puerta oyes a alguien que te dice "gracias por su visita señor; vuelva cuando quiera".

No hay comentarios:

Publicar un comentario