jueves, 18 de septiembre de 2014

SIETE MINUTOS
     A las ocho y cuarenta de la mañana se paró en un bar de carretera, pidió un café solo que se ventiló de un trago, sacó una foto de su hija de la cartera y la miró un rato; después la fotografía volvió a la cartera y él al coche, eran las ocho y cuarenta y siete.

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