SIETE MINUTOS
A las ocho y cuarenta de la mañana se paró
en un bar de carretera, pidió un café solo que se ventiló de un trago, sacó una
foto de su hija de la cartera y la miró un rato; después la fotografía volvió a
la cartera y él al coche, eran las ocho y cuarenta y siete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario