sábado, 27 de febrero de 2016

     Y usted, en qué momento vital se encuentra; quizá haya comenzado a pensar en el ocaso de los días luminosos, tal vez ya sienta el frío que suele acompañar la pérdida del negro manto que solía cubrir la máquina de ideas personal. Imagino que a estas alturas ya lo sabrá todo; al menos así lo creerá. Pero, permítame que, aunque apenas sirva para entretenerme un poco a mí mismo, eleve durante un rato la voz; después de todo, hoy es el día más triste del año, hoy es mi cumpleaños, y creo que me merezco esta pequeña transgresión.
     Tome nota: sólo los tontos miran hacia dentro; así que sitúese delante de los escaparates, siempre de espaldas a ellos y, megáfono en mano, rete al último de los filósofos capaz de caminar entre las fieras sin echarse a temblar. Después de un buen rato mirándose a los ojos, sosteniéndose mutuamente las turbias miradas, podrán disfrutar de una partida de dialéctica-rotativa-psicodélica-inmóvil. Sin duda, les será de provecho; aprenderán técnicas de supervivencia y disuasión con las que salir airosos de futuros encuentros sociales no deseados.
     Hasta aquí el último de nuestros innecesarios comunicados que nadie ha solicitado. Usted verá qué hace con la información recibida. Sea feliz, si es que puede, y manténgase alejado de los diferentes libros que recogen y reeditan y recopilan las distintas reflexiones de Henry David Thoreau. Yo ya se lo he dicho, el que avisa no es traidor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario