sábado, 7 de mayo de 2016

     Optamos por el silencio, elegimos la nueva vida frente a las opciones añejas del pasado, tomamos partido por el sacrificio. Tal es nuestro carácter, a la altura adecuada de la misión que nos ha sido encomendado. Dentro de un par de siglos nadie hablará de nosotros, nadie nos recordará; no importaremos más a nuestros herederos que a cualquier otro desconocido. No creo que esto suponga un consuelo suficiente, pero al menos representa una explicación lógica para todo lo que está pasándonos ahora.
     Nacimos sin ser consultados, jamás se nos ocurrió pedir permiso para continuar con nuestra mesiánica misión perpetuadora. Obramos en consecuencia. Ese es todo nuestro mérito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario