HOMBRES MUERTOS
Hombres sin cojones, maltratadores
potenciales mutilados y lastimeros. Qué asco me da usted, señor, con toda esa
miseria saliéndole de la boca, rebosándole los pantalones de pana; de qué coño
quiere usted vivir los próximos sesenta años, lo que le quede en la Tierra.
Partirán sus cuerpos, sin duda, como ya lo
hicieran antes sus mentes, empujadas por las circunstancias adversas; algún día
alguien mirará hacia el rinconcito que solían ocupar y lo verá vacío; lo peor
es que , pese a notar algo diferente, no caerá en la cuenta de qué ha cambiado.
Hombres completamente prescindibles, innecesarios lo mires por donde lo mires;
no tienen nada que ofrecer, todo lo han perdido: su integridad intacta, su
identidad ausente, sin patria pero con casa, sin futuro, anclados en la
memoria; hombres sin interés ni opinión, ni voz ni opción. Hombres muertos.
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