jueves, 30 de agosto de 2012


SONRÍE MUCHACHO
Hay que sonreír más. Llevas toda tu vida oyéndolo; hay que sonreír más, muchacho. Una sonrisa te puede abrir muchas puertas, una sonrisa es la clave de sol que origina el movimiento en el mundo –circular, añadiría-, una sonrisa es la más elocuente respuesta, una sonrisa llama a otra sonrisa. Tú, prestando o no atención, sonríes como un imbécil porque has empezado a entenderlo todo. Sonríe muchacho, verás que bien; si sonríes después de que un terrorista islámico te golpee la mano con un martillo de carpintero oxidado, tu dolor no desaparecerá, yo no te prometo el alivio, pero nadie se preocupará en exceso y todos los que veamos tus dedos reventados y sangrando, miraremos a tu cara y podremos seguir sonriendo; yo te traigo la trascendencia.
Sonríe muchacho, no lo olvides; siempre puedes sonreír más. Sonríe en todo momento, en cualquier lugar, a todas horas, indiscriminadamente, por amor al arte o como práctica tántrica, da igual la causa, tú no pares de sonreír. Sonríe incluso, y muy especialmente, cuando te cuenten una mierda de chiste que no tiene ninguna gracia; sonríe, no se te ocurra dejar de ‘encajar’.

No hay comentarios:

Publicar un comentario