Si pudiese trabajar con el tiempo, como si
éste fuese una máquina -simplemente una máquina con tuercas, tornillos, correas
metálicas y pesadas y brillantes vísceras-, lo detendría. Así de simple, sencillamente
pararía el tiempo; nada de visitar el pasado para intentar cambiarlo o echarle
un vistazo al hombre medio del siglo veintiocho, a ver en qué invierte sus
ratos libres. No; apretaría el freno, detendría el devenir y me buscaría un
buen asiento donde relajarme a observar como nada cambia, todo tranquilo, en
paz por el resto de... ¿los tiempos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario