lunes, 14 de abril de 2014

     Hoy he ido al cementerio, a visitar los restos de mis abuelos. Al llegar he puesto la radio a toda pastilla, sonaba 'Temporary people'; he sacado mi armónica y me he puesto a tocarla como si la vida me fuese en ello, como un loco poseído, hasta que he sentido que los labios estaban a punto de reventarme. Cuando la música ha terminado me he encontrado con un par de manchas de sangre procedentes de mis encías; no han podido seguirme el ritmo. Después he presentado mis respetos y he seguido mi camino; en mi boca aún se podía percibir el sabor de la sangre. A veces, nada es tan importante como parece.

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