MENUDA MIERDA
Hay en la acera, delante de mi portal, una
mierda emérita y vetusta que, a juzgar por su aspecto y dimensiones, debe de
ser de un tiranosaurio -eso o de algún otro tipo de carnívoro de gran
envergadura-.
Se trata de una mierda emérita, digo yo,
precisamente por ser vetusta. Lleva ahí plantada cinco días; eso, en mi
opinión, es más que suficiente para considerar vetusta a una mierda. El hecho
de que el Ayuntamiento de Oviedo, tan excelentísimo él, haga caso omiso de los
distintos avisos que, me consta, le han llegado acerca de la situación de la
mierda en cuestión, y no dé orden inmediata a ningún barrendero de que proceda
a retirarla -es más, sospecho que han sido, todos ellos, exhortados a velar por
su conservación e integridad-, me lleva a pensar, el mimo con que es cuidada
por la administración local, que se trata de una mierda emérita que ha debido
de ganarse, vete tú a saber cómo, el derecho a estar ahí plantada le pese a
quien le pese, a pesar de que a mí y a mis veintisiete vecinos nos obligue a
dar un saltito cada vez que queremos entrar o salir de nuestro inmueble.
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