sábado, 21 de junio de 2014

GRACIAS, FRAN
     Francisco L. -a él no le gusta que la gente sepa que tiene un segundo nombre, Luis- Pantiga es un buen amigo.
     No recuerdo cuando nos conocimos, aunque estoy seguro de que debió de ser con un par de cervezas de por medio; esa es una de las muchas cosas que compartimos, la cerveza. También está la literatura; ambos disfrutamos rebuscando en librerías y leyendo pesados volúmenes o ligeras novelas sobre las que luego disertamos en interminables noches de bar o de sofá o de cocina o de campo y playa. Otra cosa que nos iguala es la mala leche; con pocas personas he discutido tanto a lo largo de mi vida y con pocas, poquísimas, tengo la intención de seguir haciéndolo mientras permanezca en este plano existencial.
     Fran es como esa canción de Loquillo -otro nexo-, 'feo, fuerte y formal': "dame una sonrisa de complicidad, toda tu vida se detendrá". Se me escapan de las manos todas las veces que me ha salvado la vida o que ha arriesgado la suya siguiéndome. Tampoco se ha quedado atrás a la hora de ser generoso; sus aportaciones a mi crecimiento personal, a este mismo espacio llamado 'Casta Lozana' en forma de ideas e imágenes, o incluso su absoluta disposición a la hora de proporcionar 'apoyo logístico', le convierten en un Lozano más. Y es que el que suscribe no tiene amigos, tiene hermanos.

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