martes, 15 de julio de 2014

EL SILENCIO, ¿SIMPLEMENTE UNA OPCIÓN?
     ¿Para qué hablar? -pensó Jacob-; después de todo, no tiene mucho sentido hacerlo con aquellos que no comparten tu opinión, pues lo único que puedes conseguir es una buena discusión, algo de violencia incluso. Por otra parte, hacerlo con quienes piensan como tú, no es más que alimentar el propio ego y el de tu camarada, regodearse en la complacencia y hermandad con las propias convicciones. No le veo mucho sentido, la verdad, a eso de abrir la boca para expresar una opinión; quizá sea mejor... callar.

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