"Tienda compra... barato compra";
llevaba doce días con sus doce noches a este lado del Mediterráneo y ya
dominaba a la perfección todas las palabras que necesitaba para sobrevivir en
la civilizada Europa. "Compra tienda, gasta compra... poco dinero, barato
compra", repetía sin parar; "barato tienda gasta todo..., morito
maricón gasta barato". Estaba claro, llegaría lejos con esa actitud;
"compra barato morito... maricón".
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