Jueves..., ayer fue martes, mañana será
jueves, así que hoy... pero no, no es el tiempo lo que importa, ni el lugar;
tampoco importan mucho ninguna de las coordenadas con las que los hombres
solemos trabajar: por aquel entonces yo aún estaba vivo, los continentes eran
uno y todos los mares y océanos lo rodeaban constantemente, como una legión
extranjera asediando el castillo propio. Por aquel entonces... pero no, tampoco
fue en aquellos días de luz infinita cuando comenzó esta... llamémosla
maldición o, si así lo preferís, bendición; lo mismo da tomar una moneda por su
cara o por su cruz, su valor sigue siendo el mismo: cero absoluto.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
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