sábado, 8 de noviembre de 2014

     ¿Escribir por escribir? No, no es eso..., se trata más bien de la necesidad; hace años que es así, una simple cuestión de registro y archivo, necesario, sí, pero también maniático, compulsivo, metódico, frío.
     También había algo de eso al principio, pero con mucho más corazón; mis necesidades surgían más de mis pasiones que de mi cabeza, la tinta me brotaba entonces de las venas y no era una simple manifestación de alguna afección subcutánea mal curada.
     ¿Y hoy? Sencillamente soy un enfermo, un adicto incapaz de vivir sin un bolígrafo en la mano -o, en su defecto, a mano-, necesito... escribir a diario a fin de mantener un equilibrio mental que haga posible la convivencia a mi lado; derramar palabras sobre el papel se asemeja bastante, para mí, al simple acto de respirar: imposible vivir sin practicarlo a menudo. Al final resulta que ya ni pienso, sólo escribo.
     Y aún así, muchas -demasiadas- veces... le sacas punta al bolígrafo porque sí, esperando conseguir algún que otro logro; aunque sea uno de esos que no te llevan a ninguna parte pero te hacen sonreír, y, después de... tres horas a punto para nada, caes en la cuenta de que todo lo que tienes es una triste sensación vacía apoderándose de ti. Aún así, continúas respirando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario