El tiempo se agota, me dices, se nos
escapan los minutos entre los dedos mientras apretamos las manos en un inútil
acto reflejo y primario. A mí me asaltan tres mil colecciones de diferentes 'asuntos
pendientes', cada cual más urgente que sus vecinos -por supuesto-, al tiempo
que constato que has dejado de llorar; se agota, repites serena y ensimismada,
ya nada resulta tan importante, ahora que no hay tiempo para nada más que
sentarse y esperar el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario