jueves, 12 de noviembre de 2015

SÁBADO, POR LA MAÑANA, BIEN TEMPRANO
     Resulta agradable salir a pasear y sentir el fresco mañanero de los últimos días de la primavera, cuando el calor que vendrá después aún está por llegar. Y qué decir de salir a correr antes de que el sol lo ilumine todo, hasta el último rincón de las grises calles, y la primera gota de sudor hace acto de presencia. Se trata de un sudor refrescante y cálido -sí, a la vez- que te ayuda a reconciliarte con el género humano, con Dios y sus ángeles, con la Creación en su conjunto. Después vendrán el café y el cuaderno de notas, el ruido de la mañana avanzada, la primera caña del día, un trocito de pan con aceite y sal, las sillas incómodas y las carreras de motos. Pero eso será más tarde, cuando el resto del mundo despierte y se decida a unirse en esta cruzada sin nada heroico que ofrecerle a la vida; sólo un poco de silencio y una sonrisa.

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