miércoles, 23 de diciembre de 2015

DE PERFIL
     Tienes que añadirle una foto a tu perfil, me dijo; de 'Whatsapp', añadió al intuir que yo no tenía ni idea de a qué se refería. Tengo, qué te parece; podría haberme recomendado: deberías añadir una foto. Pero no, no debo, tengo que hacerlo.
     Y cambiar el estado, tu estado, siguió informándome; estás "disponible" por defecto -algo de lo que me alegro, francamente, prefiero ser un tipo receptivo por defecto a ser un borde intratable-. Y qué puedo hacer, me pregunté primero, qué debo hacer, le pregunté después. Échale un vistazo a los perfiles de tus contactos, me dijo mientras me quitaba de las manos el teléfono para trastear con él un rato y devolvérmelo tras unos pocos segundos; seguro que de ahí sacas alguna idea.
     Un mundo de posibilidades y secretos hasta entonces ignorados, se abrió ante mí. Resulta curioso lo que uno puede decir sin querer. Con el fin de facilitar la comunicación, los creadores-gestores de esa famosa aplicación para teléfonos móviles, 'Guasap', 'Whatsapp', 'Guasas' o como se escriba, completan un 'perfil' personal añadiéndole a tu nombre y número de teléfono, una fotografía que tú les facilitas y un 'estado' que la mayoría de la gente modifica a modo de 'lema'. Así, de los "disponible", "en el cine", "ocupado", "batería baja", "estoy durmiendo", "en una reunión" y demás fórmulas predeterminadas ofrecidas por la propia aplicación, la mayoría de la gente se desplaza -no tengo claro si a izquierda o derecha- hacia una paralela que no siempre lo es del todo. Después de un rato ojeando, me encontré con algunos 'estados' realmente memorables.
     Hay quien se limita a poner caras sonrientes, dejando patente que es una persona feliz, optimista, positiva; algún despistado añade dibujos de copas de vermú o jarras de cerveza, aclarándole a todo el mundo, jefes y compañeros de trabajo incluidos, por dónde discurren sus inclinaciones lúdicas. Esto no es nada; un muchacho afirma que "quisiera ser feliz siempre", es decir, rara vez lo es. Otro utiliza una fecha para dejar claro que aquel día era especial; tanto que, quién sabe, quizá, también sea su contraseña estándar para su correo electrónico o sus tarjetas de crédito. "Al fin encontré un pez en el mar" me llamó casi tanto la atención como  "con dos ovarios, so mamón"; tan desesperada la primera como cargada de resentimiento la segunda. Finalmente me encontré con uno que, dado lo que ya llevaba leído, no me sorprendió a pesar de lo ingenioso: "líquido tirando a gaseoso"; toda una declaración de intenciones que, no sólo deja claro que ha terminado por diluirse, sino que, además, ha comenzado, al menos eso intuye el tipo, a volatilizarse.

1 comentario: