A PENSAR
Chinito tú, chinito yo. Es lo que tiene
ponerse nervioso: te da por temblar; titubeas e inicias en baile inmóvil que,
sin paradas programadas, no te lleva a ningún lugar, pero consigue
retroalimentarse y crecer y engordar, y ponerte así aún más nervioso. Si China
cae nos vamos todos a la mierda. Si el último gigante totalitario se va a la
mierda, todos tendremos que llamar al tipo de mantenimiento para que nos rocíe
con un buen desinfectante. Esto da mucho qué pensar; en primer lugar, y por
ejemplo, que la idea de libertad, lejos de ser veraz, no alcanza en nuestros
días ni a emular una mera ilusión infantil de colores y acordes en composición
magistral.
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