jueves, 30 de junio de 2016

     Yo no soy Federico García Lorca; tampoco soy Charles Bukovsky, Chuck Palahniuk, Fedor Dostoyevski o Martin Amis. No soy el producto de las múltiples reacciones a que te predispone un nombre. No, no soy ninguno de esos nombres que tantas veces he utilizado, ninguno; y aún así, soy todos, todos ellos a la vez. Yo soy escritor, lo que me convierte en padre, madre e hijo: todo el mundo y nadie en concreto, un universo de posibilidades y ni una sola llevada a término. Yo soy, al fin, el motor perpetuo de mi propia eternidad.

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