miércoles, 14 de diciembre de 2016

COSAS IMPORTANTES DE VERDAD
     Hay un tal Cristiano Ronaldo hablando, el semblante muy serio, en el aparato de televisión. El muchacho se sabe -no sólo se cree- tremendamente importante: tiene cuatro balones de oro -que, en caso de ser macizos, deben pesar una barbaridad-.
     Al parecer, en esto de las pelotas doradas, el tipo está empatado con un argentino chaparro y escurridizo que responde al nombre de Lionel Messi.
     Entre los dos suman, ni más ni menos, que ocho pegotazos áuricos. Esto, según deduzco de las primeras noticias de la mañana, es francamente importante; nada que ver con la ya cansina guerra en Siria, el rollazo del debate europeo acerca de los refugiados o la pesada 'operación kilo' recordándonos, otro año más, la obligación de segur siendo un país generoso y solidario.
     Vamos, que no pueden imaginarse cómo me alegro de tener la suerte de poder encender la radio y oír, cuando aún no han dado las siete de la mañana, que el tal Cristiano ha empatado en galones futboleros al tal Lionel. Una suerte vivir en un país como este, lleno de gladiadores, leones y demás fieras, bien cuidadas, bien alimentadas, para la sostenibilidad del tan virtuoso entretenimiento al que sin duda todos nosotros, ciudadanos de bien, tenemos derecho. Circo, toros, fútbol y curias políticas paseando de punta a punta de la nación; cosas importantes de verdad, y nada de estúpidas noticias de carácter humano con las que rellenar espacios de vital trascendencia y, de paso, mortificar y culpabilizar de su buena suerte, debida principalmente a su abnegado saber hacer, a las humildes y laboriosas gentes de éste, nuestro ejemplar y nada banal estado del bienestar.

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