viernes, 2 de diciembre de 2016

     Total, que le pido un beso; le digo "un beso", y ella me mira sorprendida y yo voy y, por si acaso no me ha oído bien , le repito: "un beso". Entonces ella hace un gesto muy desagradable con sus carnosos labios marrones y sus grandes ojos oscuros y yo, que no tengo nada claro si es que le doy asco o que es lesbiana o monja o vete tú a saber qué coño le pasa, le digo "venga nena, sólo un beso; para empezar la mañana con buena suerte". Y la tía va y me espeta un "desgraciado" de lo más sonoro e hiriente, y yo, con las manos abiertas y los brazos estirados hacia arriba, pego un salto hacia ella, "hop", y ella grita histérica. Entonces yo la sujeto con mis manos y le digo "Tranquila, si yo sólo quiero un beso, nada más; es que hace mucho frío y llevo tres días sin poder dormir porque estoy algo nervioso con todo esto de Fidel Castro, Donald Trump y toda esa panda de hijos de puta y, cuando he visto ese par de labios tuyos tan oscuros, tan rudos, he pensado que besarlos debe ser como besar la muerte y quizá, si me dieras un beso, sólo uno, conseguiría dejar de pensar en el puñetero fin de la Humanidad durante unas pocas horas, al menos". Total, que ella se relaja y, después de llamarme "cabrón de mierda", se me acerca un poco y me planta un beso en los labios que casi me quita la vida: lengua arriba, lengua abajo, izquierda y derecha... lengua por todas partes y labios opresores y saliva, mucha saliva caliente escapándose por las comisuras y yo, enganchado a esa máquina insaciable, me lamento por mi insistencia y maldigo el momento en que le he pedido un beso a la tiparraca esta, la mismísima muerte hecha mujer.

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