sábado, 23 de junio de 2012


CÍRCULOS
            Donde quiera que mire veo círculos y elipses. Complejos e imperfectos bailes de planetas alrededor de estrellas que danzan, a su vez, a través de galaxias que no saben estarse quietas. Simples vaivenes de gaviotas acercándose a olas que, entre idas y venidas, no paran de girar; dubitativas moscas planeando en torno a un punto fijo inexistente que las mantiene a una distancia prudente gracias a una cuerda, un radio, imaginaria. O gorriones cruzando trayectorias en vuelos compartidos con amigos de toda la vida.
        El ‘eterno retorno’, las cuatro estaciones, el día y la noche, obertura-obra-coda, la lluvia antes del sol antes de la lluvia antes del sol…, todo es igual; observo al hombre, también nosotros nos movemos en círculos.
        Círculos de amigos de la infancia impactando con círculos familiares y círculos ampliados de nuevas y más maduras amistades; a veces resultando nuevos círculos mayores, otras prevaleciendo alguno sobre el resto que, con giros y movimientos de despiste, intentamos sortear durante el resto de nuestros días. A no ser que de repente nos encontremos con un ‘giro inesperado’ en nuestras vidas; entonces todo vuelve a empezar.
        Le damos vueltas –una, dos, tres…, mil veces- a la misma idea, sin avanzar, hasta que otro círculo individual choca con nosotros y nos alienta o nos corrige.
        Hay círculos por todas partes; mujeres maltratadas volviendo al lado de sus exmaridos homicidas, septuagenarios rememorando sus años mozos como alcohólicos mientras critican a una nueva generación de borrachos, timadores empeñados en reestablecer el ‘equilibrio’ timando a otros aún más incautos que ellos mismos, científicos inventando nuevas armas super-potentes por equivocación mientras buscaban la salvación de la humanidad, novelistas reescribiendo su primera novela o, peor aún, la última de cualquiera de sus colegas…, guitarristas demodé recuperando el primer riff de la historia.
        Círculos y más círculos. Impactos en la noche, a oscuras, sin luna, repitiendo los mismos errores, que ya no son para tanto, y conquistando las mismas metas, que ya no impresionan a nadie.

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