sábado, 24 de agosto de 2013

SALOBREÑA
Arriba, las almenas;
abajo, las callejas.
Desde tus cuatro torres
-día y noche, mar y sierra-
puede ver el poeta
discurrir la vida tranquila
por toda la vega.
Escribirte un homenaje
no sale a cuenta;
son tantas admiraciones
las que ya conoces,
que cualquier estrofa nueva
se queda en poca cosa,
sabe a rancia y añeja.
Mejor será dejarte en paz,
sentarme bajo tu sombra
y disfrutarte toda entera,
así, como la chiquilla saborea,
cada verano,
la brisa cuando la tarde llega.

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