TÓMATE
ALGO
Apenas quince segundos han pasado desde
que, casi por casualidad, de pasada, en medio de una conversación que no tenía
nada de trascendental, me han dado la noticia.
Juan Luis y yo nos conocimos a base de
compartir barra; al cabo de un tiempo, y a base de rosados y cervezas,
terminamos por cogernos cariño. Yo le regalé mi ejemplar de la trilogía de la
'Fundación', de Asimov, él solía enviarme correos apoyando mis iniciativas y
jaleándome de cuando en cuando. Acostumbraba a leer mis escritos; recuerdo cómo se le
iluminó el rostro cuando leyó la dedicatoria que le escribí en mi primera
novela, aunque no recuerdo qué diablos le decía en ella. Se podría decir que
Juan Luis era mi seguidor; consultaba este blog dos o tres veces cada semana,
me asaltaba en medio de la calle para preguntarme como iba mi última obra, me
remitía artículos y escritos que pudiesen serme útiles y siempre estaba
dispuesto a tomarse un café conmigo y charlar un rato. Creo que eso es lo que
de verdad voy a echar de menos, encontrármelo camino a casa, apenas a unos
metros, y dejarme convencer para tomarme un último café y tirarnos casi una hora
soltando estupideces por la boca, riéndonos sin parar.
Hoy no me despido de otro amigo, hoy no le
digo adiós a Juan Luis; hoy, como él solía decirme a mí, os digo ¡tómate algo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario