martes, 1 de julio de 2014

CORRÍA HACIA LA CUMBRE; LO HACÍA A TODA PRISA, PUEDE QUE DEMASIADA
     Si yo fuera listo y quisiese alcanzar la fama -que no el éxito- a toda velocidad, a cualquier precio, escribiría una líneas incitando a la ciudadanía a esperar apostada a la puerta de ciertas oficinas de la Calle Génova, o en Ferraz -qué más da-, y a que la emprendieran a patadas con alguno de los muchos embusteros y traicioneros que viesen cruzar sus puertas. Declararía incluso, mi firme deseo de estrechar las manos de aquellos que más sangre ajena consiguieran derramar. Tendría miles, millones de visitas en mi blog -entre otras las de algún que otro jurista estudiando si debería mandarme a un calabozo-, sería conocido -aunque dudo que reconocido-; pero claro, para que todo esto pasase, tendría yo que ser listo y desear alcanzar la fama en tiempo récord, y una de estas dos condiciones, por desgracia, en mi persona no se da.

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