jueves, 3 de julio de 2014

MATEMÁTICAS APLICADAS
     Sin miedo o tapujo alguno, me declaro culpable; culpable de no necesitar ningún tipo de preludio, prólogo, introducción o preámbulo y, en consecuencia, desterrarlos todos.
     La clase dominante -históricamente dominante- ha conseguido, al fin, su medieval objetivo, la pérdida de relación entre el significante y su significado; de hecho, más que perderla, su relación se ha adulterado, manipulado y confundido en favor del conformismo y la 'idiotización'. Demos gracias por ello a los insistentes y continuos esfuerzos de los distintos gobiernos a través de sus diversos planes educativos, los cuales han logrado que el pueblo desconozca la diferencia existente entre España y los españoles.
     España va bien, dicen nuestros gestores supremos, y no mienten. España, como país, como unidad económica, como empresa si se prefiere, ha mejorado su estatus en el mundo de las finanzas, su prestigio ha subido, recuperándose tras la aciaga y sempiterna crisis; esto se traduce en una sustancial bajada de los tipos de interés que a nuestra deuda estatal se aplican y en una serie de nuevos intentos de inversión extranjera tanto en nuestras fronteras como en las ajenas a través de contratos con empresas nuestras. Y esto, ¿qué quiere decir? Pues no que la economía de nuestros paisanos hay mejorado, desde luego; España y los españoles no son, no somos, una misma cosa. Baste el siguiente ejemplo: al recuperar España su imagen de país solvente y fiable, el mundo árabe nos echa un vistazo y decide que el llamado 'AVE del Desierto' sea construido por una empresa española. ¡Bien por España! Ahora, quién lo construirá; ojo, no me refiero a qué empresa, sino a quién. Sin duda alguna, nuestra empres española estará obligada por contrato a contar con personal oriundo de la propia región en que se han de llevar a cabo las obras del famoso AVE, lo que es lo mismo que decir que ni un solo español figurará entre los miles que serán contratados como personal no cualificado o de baja cualificación. Es más, me atrevería a aventurar que a lo sumo, una docena de paisanos nuestros -arquitectos, ingenieros y gerentes todos ellos- tendrán que ver realmente con el 'AVE del Desierto'.
     Pero claro, lo dicho, si España va bien, los españoles debemos correr a celebrarlo; debe de ser por algo relativo a la Teoría de Conjuntos, tal vez nos hayan convencido de que las propiedades intrínsecas de un conjunto pueden ser heredadas por cada una de los componentes del mismo, ya que la suma de las propiedades de cada componente define las propiedades del conjunto. A lo mejor nos hemos creído que existe la reciprocidad vertical en la sociedad española actual; otro triunfo académico.
     En fin, me despido como comencé, sin remedio ni coda, moraleja u oportuno resumen. Con un sencillo punto y final y mi más sincero deseo de veros, a cuantos más mejor y a la mayor brevedad, a este lado de... de la 'españolidad', por ejemplo.

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