lunes, 5 de enero de 2015

LA FELICIDAD
     No, no se trata de alcanzar las sinuosas cimas del éxito y el orgullo que se elevan sobre la mediocridad, ni de conquistar los territorios vírgenes a los que tantos otros intentaron llegar sin conseguirlo antes que tú; no es cuestión de escribir 'Crimen y castigo' o de pintar 'El Guernica', no tienes que componer la 'Obertura 1812' ni dirigir 'El séptimo sello'. No, la felicidad no tiene que ver con eso, ni con casas en la costa sobre acantilados privados, coches veloces de colores chillones, orgías continuas de sexo y alcohol o aplausos y risotadas falsas y aduladoras y jovencitas pidiéndote que les firmes en su libreta de autógrafos al lado de la rúbrica de Stanley Kubrick.
     La felicidad es saborear esta galleta que tú me has enseñado a comer de nuevo, masticando con paciencia, saboreando y disfrutando incluso su ausencia entre bocado y bocado, igual que debí hacerlo hace muchos años, cuando el niño era yo. Aprender de ti, mi pequeña, la facilidad con que se puede conquistar una sonrisa si es sincera; esa es la verdadera felicidad.

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